POR UNA SONRISA LO DOY TODO

 Todos migramos y merecemos un lugar de refugio.  

Tengo una amiga catalana, hija de padres provenientes del sur de España que es un tanto especial. Yo diría que pertenece a ese tipo de personas que navegan  contra corriente. Se llama Mónica García y acaba de cumplir 50 años. No he podido hacerle ningún regalito, porque está lejos de Cataluña. Quizás ella conoce la etimología de su nombre. Proviene de la palabra griega: monos «uno solo, único». De este vocablo monos también se deriva monólogo (el discurso que realiza una persona consigo misma, como si intentara pensar en voz alta). Me encaja todo. Su nombre le queda poéticamente estupendo.

Ella es la presidenta de una ONG pequeñita que se llama “Por una sonrisa lo doy todo”. Mi amiga también es bajita, menudita. Es una adulta en cuerpo de adolescente y confieso que me encanta. También me atrae su “mal genio”, el cual se desborda en cuando asoman las injusticias. Mónica es fotógrafa de profesión y va por el mundo haciendo instantáneas de la alegría. Ella se pierde a cada rato por otras tierras. Desaparece, va detrás de gente agradecida con la vida. Ahora está en el Líbano, en un campo de refugiados de Trípoli. Está durmiendo en tienda de campaña y tiene sólo tres horas de luz eléctrica. Está entregando medicinas, ropas, corazón y  tiempo. Allí acaba de celebrar su cumpleaños y le han hecho, creo yo el mejor pastel /tarta del mundo. Está contenta y rodeada de autenticidad.

Todos migramos, ella lo sabe porque sus padres se desplazaron hacia Cataluña buscando empleo y mejor futuro. Ella lo sabe porque está al tanto de cientos  de personas que han tenido que dejar sus casas. Ella lo sabe porque ha convivido con gente que tiene exactamente la misma condición de madres, padres, hermanos que cualquiera de nosotros y que aman, sufren, sueñan como cualquiera.

Mónica también me gusta porque aunque nació con la suerte del  primer mundo tiene puesto  el foco y la vibración en toda la humanidad. Aunque este mensaje es reiterativo, la verdad es que todos somos susceptibles de necesitar refugio y amparo. Que nadie se engañe pensando que todo el “pescado está vendido”, no! Resulta que vivimos en un mundo cambiante. Todo se transforma, evolucionan las realidades. Las personas podemos tener hoy y podemos necesitar mañana. Ahora que se acercan estas fechas de fiestas, me satisface saber que hay quienes desde hace mucho están moviendo ficha, construyendo un mundo más armonioso. Gracias, gracias , gracias, infinitas veces gracias.

Te espero en un futuro poético y cuántico.

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